¿Qué es mejor, alimentarse con productos convencionales o ecológicos? ¿Qué dice la Ciencia? Hemos entrevistado a Mª Dolores Raigón para saberlo. Ella es Doctora en Ingeniería agrónoma por la Universidad Politécnica de Valencia, catedrática de química agrícola y presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica. Raigón lleva años investigando diferentes alimentos y ha documentado que la alimentación ecológica es mejor pues ofrece más y mejores nutrientes (y muchas cosas más). Leed.
Es algo que está en la línea de muchos profesionales de la salud pero encontrar la relación entre causa y efecto es difícil.
Imagino que las instituciones sanitarias en sus estadísticas cuentan con los datos sobre las incidencias de sustancias fitosanitarias, concentraciones de nitratos, reacciones alérgicas y otras cuestiones relacionadas con los alimentos de producción convencional.
Los efectos sobre la salud han sido ampliamente descritos. Estas sustancias se comportan como disruptores hormonales, originan malformaciones en los fetos y dañan las células dando lugar a un número importante de cánceres. Pero para que las instituciones lo reconozcan como un problema de salud pública, todavía hay un gran recorrido por hacer.
-¿Cómo explicaría de manera sencilla lo que es la alimentación ecológica?
La alimentación ecológica es la que está basada en alimentos ecológicos, orgánicos o biológicos (porque significa lo mismo) y que se producen con técnicas en las que no se pueden emplear sustancias químicas de síntesis, ni semillas genéticamente modificadas y donde se respetan los ciclos de vida y el bienestar animal.
Es decir, unas técnicas que combinan las mejores prácticas ambientales, con incremento de la biodiversidad y preservando los recursos naturales, entre otros requisitos.
Estas técnicas se recogen en el Reglamento (CE) número 834/2007 del Consejo sobre producción, control y etiquetado de los productos ecológicos y son de obligado cumplimiento para poder ser identificados, mediante el distintivo de control que verifica el alimento con el criterio de calidad certificada ecológica.
Hoy sabemos que estas características se cumplen con la definición de alimento ecológico.
-¿La alimentación ecológica es mejor, en el amplio sentido del concepto, que la convencional?
Cuando hablamos de agricultura ecológica, tenemos que referirnos a sus principales objetivos, entre los que destaco:
1) trabajar con los ecosistemas de manera integrada
2) mantener y mejorar la fertilidad de los suelos
3) producir alimentos libres de residuos químicos
4) utilizar el mayor número de recursos renovables y locales
5) mantener la diversidad genética del sistema y de su entorno
6) evitar la contaminación resultante de las técnicas agrarias
7) permitir que los agricultores realicen su trabajo de manera saludable.
Las virtudes que acompañan a un alimento ecológico respecto a uno no ecológico son los beneficios sociales y medioambientales que nos aportan y la mayor composición nutricional.
-Usted ha ido a la esencia, ha buscado en la raíz de los alimentos hortícolas de producción ecológica, ha analizado sus principios nutritivos, puede sintetizarnos lo que ha encontrado?
Los estudios realizados se han centrado en el análisis bromatológico (su composición cualitativa y cuantitativa, el significado higiénico y toxicológico de las alteraciones y contaminaciones) de alimentos frescos (frutas y verduras) producidos bajo un diseño comparativo en técnicas de producción ecológica y convencional, evaluando el contenido en materia seca, mineral, vitaminas, proteínas y de sustancias antioxidantes.
Además, en algunas hortalizas se han analizado también la concentración de antinutrientes, como los nitratos. Con el mismo objetivo, también hemos estudiado la composición vinculada a la calidad de alimentos de origen animal, como son los huevos y la carne de conejo.
De ellos, hemos podido concluir que los alimentos ecológicos presentan mayor concentración en proteínas, (tanto en alimentos de origen animal como vegetal), mayor contenido vitamínico (en frutas y verduras), mayor contenido mineral (en frutas, verduras, y alimentos en grano, como leguminosas y cereales) y mayor nivel de sustancias antioxidantes (en frutas, verduras y en aceite de oliva).
Por otra parte, los alimentos ecológicos contienen mayor concentración en materia seca, que influye tanto en la mayor concentración nutricional, como en las mejores aptitudes en postcosecha.
-El sentido común nos lleva a pensar que la alimentación ecológica es más sana para las personas, para el medio natural y para la economía rural entre otras pero será consciente de que existen movimientos que siembran dudas sobre esas ventajas, quizá movidos por los intereses comerciales de la industria alimentaria y biotecnológica, muy en boga, ¿es así?
La alimentación es un tema estratégico a nivel mundial, es un acto de alta frecuencia en la vida del ser humano, y por lo tanto un negocio, en la medida que los alimentos se convierten en mercancía y los individuos perdemos nuestra soberanía sobre la alimentación.
Eso significa que existen grandes intereses para controlar el modelo alimentario e intentan tirar por tierra argumentos a favor del modelo agroecológico, poniendo en duda sus ventajas, incluso empleando mentiras. De manera indirecta, creo que todos los consumidores estamos expuestos a estas presiones.
-Sus investigaciones han documentado la importancia de algo en que muchas personas que consumen productos ecológicos y que no lo hacen quizá no han pensado lo suficiente: la relevancia de la producción ecológica en el fomento de la biodiversidad y en la sostenibilidad ecológica y económica; el equilibrio entre la naturaleza y las sociedades humanas que produce. ¿Qué puedo decirnos al respecto?
La base de la producción de alimentos frescos de origen vegetal es el equilibrio del suelo, en un sistema convencional, los suelos tienen muy poca función, ya que las plantas se limitan a ir absorbiendo los elementos fertilizantes que se van aportando, en muchos casos de manera excesiva y con derivas de contaminación.
Así, las prácticas ecológicas de fertilización, implican mayor biodiversidad en los suelos, pero también las técnicas de sanidad vegetal van sujetas al incremento de la diversidad.
La producción ecológica (agrícola y ganadera) se apoya en el uso de variedades locales y razas ganaderas autóctonas, con mayor adaptación a las condiciones de suelo y clima locales y todas estas cuestiones son las que nos llevan a favorecer la biodiversidad.
Hay que ver el modelo productivo ecológico como un conjunto y un equilibrio, donde la fertilización no es un mero cambio de insumos, sino un sistema donde hay que mantener la diversidad biológica y el potencial nutricional del suelo.
-El principal “pero” que se le pone a la alimentación ecológica es su precio, más alto que el de la comida convencional ¿cómo se explica y justifica esta realidad?
Desgraciadamente, existen muchos factores que inciden en el precio de un alimento y que las personas no tenemos capacidad para interpretar de manera global. Algunos de ellos son:
1) Los rendimientos en ecológico son ligeramente más bajos y faltan investigaciones y técnicas para incrementar estos rendimientos.
2) El precio está muy influido por la oferta y la demanda.
3) En muchas ocasiones, el precio viene marcado por factores muy alejados de la producción y al consumo, porque los precios ni los fija el productor ni el consumidor, una manera de incidir en el precio de los alimentos es intervenir en la cadena de distribución de los mismos, activando los circuitos cortos y los mercados de cercanía.
Los alimentos ecológicos son caros dependiendo de donde se compren y cuales han sido los canales de distribución.
Nos sorprenderíamos del precio de algunos alimentos convencionales comprados en algunas medianas y grandes superficies, comparado con los precios de venta del mismo alimento en ecológico, en algunos canales alternativos.
4) Por otro lado, nunca nos planteamos los costes indirectos que presenta la producción convencional y que algún día tendremos que pagar, como por ejemplo el coste medioambiental o el coste en salud. Desde algunas instituciones se indica que por cada euro que pagamos por un alimento convencional, hay que invertir otro euro en subsanar los problemas medioambientales, más otro euro en subsanar los problemas de salud.
5) Y sobre todo, hay que considerar la mayor densidad nutritiva de los alimentos ecológicos. Los alimentos ecológicos no pueden ser caros si analizamos la cantidad de nutriente por unidad de superficie productiva.
Me explico, si las necesidades de vitamina C son de 60 mg/día y el zumo de una naranja ecológica los contiene, no necesitamos exprimir dos naranjas convencionales para llegar a estas necesidades. Si la producción de lechugas convencionales contiene un 5% más de agua, son nutrientes de menos que se consumen.
-¿Qué hay que mejorar en el ámbito de la producción ecológica?
Me gusta decir que en producción ecológica lo tenemos todo por hacer. Tenemos que seguir trabajando para aportar mejoras técnicas tanto en la agricultura, como en la ganadería, como en la transformación de alimentos ecológicos.
Pero también tenemos que seguir creando o motivando a la mayor concienciación, a la educación en valores y por tanto a ver el tema de la agricultura ecológica, no como una alternativa, sino como la solución a problemas tan graves como la mitigación del cambio climático, el uso racional de agua de riego, la producción equitativa de proteína animal y los cambios en el modelo de ingesta, etc.